domingo, 8 de noviembre de 2009

Rimbaud

Las cartas del adios, bestia pero igualmente genio un poeta maldito sin duda
amo a la vida, maldijo a la belleza; pero esta se le hinco para que la siguiera amando
no se pudo salvar de las malas lenguas de su epoca.
Amo a su igual, vivio en la podredumbre con eso consiguio la inmortalidad.
Su vida fue miserable, a lado de su compañero/pareja verlaine; fue un vertigo
esta relacion pero perduro hasta que llego el fatidico o santo para algunos que le dio un tiro en la mano.
Esta relacion del joven genio, que creia en el nihilismo y el que mezclaba sus poesias con el alcohol es una verguenza en recordarse pero digna y significativa para algunos.
Rimbaud inmortal, que paso una semana en el infierno para escribir resplandores.
Demostrando que llevando una vida al limite se puede llegar a la inmortalidad e inmoralidad del ser humano su vida es una tragedia griega pero igual una burla finisima hacia los valores ridiculos que predominaban en su arte; hablar de amor, flores? ; por favor parecen pensamientos rosas por que no hablar sobre la tragedia, comedia que tiene la vida misma.
El fue uno de los primeros genios de la poesia simbolista, primero lo recibieron con flores despues quisieron dejarlo en el olvido.



Pero Rimbaud no era de esas personas, como diria su pareja verlaine: prende a la elocuencia por el cuello. No quiso caer en esa elocuencia putrefacta de ese año. No.


El hizo esto...
Antaño...

Si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde se abrían todos los corazones.

Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié.

Yo me he armado contra la justicia.

Yo me he fugado. ¡Oh brujas, oh miseria, odio, mi tesoro fue confiado a vosotros!

Conseguí desvanecer en mi espíritu toda esperanza humana. Sobre toda dicha, para estrangularla, salté con el ataque sordo del animal feroz.

Yo llamé a los verdugos para morir mordiendo la culata de sus fusiles. Invoqué a las plagas, para sofocarme con sangre, con arena. El infortunio fue mi dios. Yo me he tendido cuan largo era en el barro. Me he secado en la ráfaga del crimen. Y le he jugado malas pasadas a la locura.

Y la primavera me trajo la risa espantable del idiota.

Ahora bien, recientemente, como estuviera a punto de exhalar el último ¡cuac! pensé en buscar la llave del antiguo festín, en el que acaso recobrara el apetito.

Esa llave es la caridad. ¡Y tal inspiración demuestra que he soñado!

"Tú seguirás siendo una hiena, etc... declara el demonio que me coronó con tan amables amapolas. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y con tu egoísmo y con todos los pecados capitales".

¡Ah! ¡por demás los tengo! Pero, caro Satán, os conjuro a ello, ¡menos irritación en esos ojos! Y a la espera de las pocas y pequeñas cobardías que faltan, desprendo para vos, que amáis en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, unas cuantas páginas horrendas de mi carnet de condenado.

(introduccion de una temporada en el infierno)

El escritor de amaneceres y resplandores...

Rimbaud,ce qui est dernier maudit orfeo dans la poésie

immortel


1 comentario:

Unknown dijo...

ESTO ES DEMASIADO BUENO....
Viajes, lucidez... realmente me encanto esto... ojala y pudiera escribir algo como lo que tú acabas de hacer...

me encanto... :D

ish